A través de un compromiso interno de innovación, hemos avanzado en diferentes configuraciones de la batería de aluminio, y en el desarrollo de nuevos electrolitos y materiales para electrodos.
Cada configuración se desarrolla con la vista fija en las necesidades técnicas y de coste de los mercados a los que cada una de nuestras tecnologías da respuesta (estacionario, movilidad eléctrica y dispositivos portátiles), siempre con un grado alto de sostenibilidad.
Aluminio-aire
La configuración de baterías Metal-aire es una de las más prometedoras para alcanzar valores altos de energía específica (Wh/kg), siendo su aplicación estrella la movilidad eléctrica. El objetivo es aumentar la autonomía de las baterías, reduciendo su peso y coste, mejorando las prestaciones de los vehículos eléctricos y haciendo que puedan competir de manera efectiva con los vehículos de combustión.
Aunque su nivel de desarrollo es aún preliminar, una de sus principales ventajas a la hora de ahorrar peso y coste en el sistema, es que utiliza el oxígeno de la atmósfera como uno de los materiales activos de la reacción electroquímica de carga y descarga durante su funcionamiento.
En los laboratorios de Albufera hemos alcanzado valores de energía específica de 2.140 Wh/kg en celdas de ensayo de materiales a nivel de 10 mAh con la tecnología Aluminio-aire. El escalado hasta valores alrededor de 1.000 Wh/kg en prototipos de vehículos se hace posible para el año 2025, en base a los tiempos que se manejan en el sector de automoción y con los proyectos que tenemos en curso en los sectores aeronáuticos y militar.
Para ello, trabajamos en nuevos materiales y procesos relacionados con los catalizadores de la reacción del gas que permitan velocidades de procesamiento más altas, que repercutan en una potencia de funcionamiento adecuada para su utilización comercial en vehículos eléctricos, y en un incremento de la estabilidad del electrodo de oxígeno que permita un número de cargas y descargas suficiente para su empleo de forma masiva en movilidad.
Aluminio-estado sólido
La mejor estructura de batería para aplicaciones de tamaño portátil será la que utilice electrolitos sólidos o de formato gelificado de alta viscosidad. La menor conductividad iónica de este tipo de materiales frente a los tradicionales electrolitos líquidos hace que las aplicaciones más adecuadas no precisen de cargas y descargas muy rápidas (preferentemente de más de 5 horas).
Su utilización se prevé para equipos electrónicos portátiles por su elevada energía específica prevista en los primeros ensayos efectuados, y la facilidad de la preparación de diferentes formatos seguros para estos componentes.
Aunque su salida a mercado se estima para el año 2030, en Albufera ya probamos algunos ionogeles avanzados que han sido experimentados en la industria aeroespacial combinados con moléculas de aluminio que pueden transportar los iones de nuestras baterías entre el ánodo y el cátodo a velocidades adecuadas y obtener potencias superiores a 300 W/kg.
En paralelo, la inserción y transporte de los cationes trivalentes de aluminio, nos permitirán alcanzar valores de energía específica por encima de los 500 Wh/kg, para convertir esta tecnología en un valor seguro para todo tipo de dispositivos electrónicos portátiles con consumos elevados de energía o con necesidades de funcionamiento de más de 100 horas continuadas.